¿Las de cincuenta lo prefieren largo?

¿Cortarse el cabello después de los cincuenta, si o no? Una mirada irónica sobre las pautas de estilo de nuestro tiempo.

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Esta mañana, cuando pagaba la consulta de la dermatóloga, la secretaria elogió mi corte de pelo. El comentario se limitó a “lo lindo que te queda”, pero luego se levantó de la silla para mostrarme que ella, al igual que yo, había decidido ir por el corto. Yo recordaba su cara embutida en esa cortina larga y oscura que caía detrás de sus hombros. Ahora que la veía, las puntas bailaban al ras de su barbilla, brillantes, libres. No hizo falta que le preguntara. Ella agregó que le costó lidiar con los prejuicios de su estilista, para quien un corte así la haría parecer más gordita de lo que era.

Las mujeres de mi entorno que, al igual que yo, han pasado los cincuenta, llevan el pelo largo. Les sorprende que me haya atrevido a recurrir a las tijeras y debo reconocer que, para cometer semejante crimen, tuve que cambiar de peluquería. Mi estilista también era de los que piensan que un cabello corto me hubiese hecho parecer más vieja.

Gordita. Vieja. ¿Cuántos mitos se peinan en el cabello de una mujer?

Intento desasnar mi curiosidad preguntándole a Google si las mayores de cincuenta lo prefieren largo. El muy cínico me responde con más interrogantes: ¿Qué es más atractivo? ¿Qué tipo de corte de pelo te hace ver más joven? Según la web, hay estudios conclusivos que relacionan el cabello corto con una mayor autoestima, pero la opinión de los expertos da por tierra con esas conjeturas. Pasado el medio siglo, la tijera deviene una necesidad: la fibra capilar se debilita, difícil es lucirlo a la cintura. Vale apostar, entonces, por melenas midi o cortes bob, u otros de nombres raros para dulcificar el rostro y restar años. Es decir, nada de cortos o estarás reconociendo que estás envejeciendo. Salvo que recurras al estilo Pixie, una incisión que arrasa con los laterales y la parte trasera, dejando caer el flequillo sobre los ojos. Respiro. Parece que estoy en la onda.

Sigo buceando en los resultados: Cortarse el pelo tiene que ver con la rebeldía y el misterio, con la recuperación emocional a través de la toma de control de la imagen, con la necesidad de poner freno a cierto tipo de personas, con mostrarnos más cariñosas y femeninas. Al otro lado de la valla, una psicóloga de Los Ángeles asegura que llevar el pelo largo puede dar un mensaje sexual más potente y otra, que el largo da presencia y evita que descienda la capa invisible. Vogue México vocifera: los largos se imponen después de los cincuenta.

¿Es posible que el tema de para tanto? Tal vez tengan razón. ¿Acaso Sansón no perdió la fuerza cuando le dieron el tijeretazo? ¿No debió Loki tejer de nuevo la cabellera de Sif para aplacar la furia de los dioses? ¿Qué hubiese sido de Rapunzel si la bruja le cortaba el pelo antes de conocer al príncipe? Y, qué decir de los nativos indígenas que dejaban larga la cabellera para demostrar sabiduría, o de las mujeres del antiguo Egipto para quienes la forma de llevar el pelo determinaba la edad.  ¿Será que en esas épocas los estilistas también se mostraban contrarios a los cortos después de los cincuenta? ¿Será que se morían antes de llegar a los cincuenta?

Nada me convence. Alguien debería darme una respuesta. El Gobierno, el Papa, Thor. ¡Alguien! Después de los cincuenta, ¿corto o largo? 

ChatGPT me recuerda que no puede proporcionar una respuesta definitiva a esa pregunta. Cada persona es única y tiene la libertad de elegir el estilo de cabello que más le guste y con el que se sienta cómoda. No se deben hacer suposiciones basadas en la edad o género.

Qué bueno es que haya alguien con dos dedos de frente. Por lo menos, al ChatGPT, el corte Pixie no le cubre los ojos.  

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