
Dicen que las personas de baja estatura tienden a compensar los metros que les falta con una personalidad fuerte y tal vez por eso me dicen “corchito salvaje”. Es evidente que quien elaboró esta teoría sabe poco y nada. El carácter no te hace crecer si en la butaca de adelante se ubica un gigante de un metro ochenta. Si alguna vez intentaste ver un recital, de pie y a mil quinientos centímetros del piso, sabés a qué me refiero.
¿Para qué sirve un corcho en medio de la selva?
No tengo la menor idea.
Mientras lo averiguo, te invito a leer mi blog.
Carina M.
Un comentario sobre “A metro y medio del suelo”